Visión

«El futuro está en tus manos. Puedes cambiar tu destino. Siembra un pensamiento y cosecharás una acción. Siembra una acción y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino.

El ser humano crea su propio destino a través de sus pensamientos y acciones. Puedes cambiar tu propio destino. Eres el dueño de tu destino. No hay ninguna duda al respecto. Mediante el pensamiento adecuado y el esfuerzo, puedes convertirte en el dueño de tu destino.

Olvida el pasado. No renuncies a la esperanza. No digas: «El Karma, el Karma. Mi Karma me ha llevado a ser lo que soy». Esfuérzate. Esfuérzate. Practica Purushartha (la acción deliberada y consciente). Realiza Tapas (austeridades). Concéntrate. Purifícate. Medita. No te vuelvas fatalista. No te rindas a la inercia. No des balidos como un cordero. Ruge ¡Om Om Om! como un león del Vedanta. Recuerda amigo que eres el dueño de tu propio destino.»

Sri Swami Sivananda

 

SANKALPA (poema de Swami Satyananda)

Soy un hijo invisible de mil caras del amor,
que flota sobre el mar de remolinos de la vida,
rodeado de praderas de pastores con alas,
donde el amor divino y la belleza,
impregnan la quietud de una cálida medianoche de verano.

A menudo la vida me lastima cuerpo y mente
y aun cuando pueda verse la sangre derramada, y pueda oírse un grito,
no te engañes creyendo que dentro de mi ser mora el dolor
o dentro de mi alma el sufrimiento.
Nunca habrá una tormenta que pueda borrar el camino bajo mis pies,
La dirección de mi corazón, la luz de mis ojos,
o borrar de esta vida su propósito.

Para las Fuerzas, lo sé, soy intocable
en tanto yo tenga una dirección, un objetivo, una meta:
Servir, Amar, y Dar.
La fortaleza yace en magnificar las secretas cualidades
de mi propia personalidad, mi propio carácter
Y aunque soy solamente un mensajero,
yo soy yo.

Déjame decorar muchos corazones
y pintar mil caras con colores de inspiración
y suaves, silenciosos sonidos de valor.
Déjame ser como un niño,
corriendo descalzo por el bosque
de gente que ríe y que llora,
dando flores de imaginación y asombro,
que la divinidad regala.

¿Debo caer de rodillas,
y esperar a que alguien me bendiga
con felicidad y una vida de sueños dorados?

No, correré al desierto de la vida con mis brazos abiertos,
a veces cayendo, a veces tropezando,
pero siempre levantándome,
mil veces si es necesario,
a veces feliz.

A menudo la vida me quemará,
A menudo la vida me acariciará con ternura
Y muchos de mis días serán perseguidos
con complicaciones y obstáculos,
y habrá momentos tan hermosos
que mi alma llorará en éxtasis.

Seré un testigo,
pero nunca correré o huiré
de la vida, de mí.

Nunca me abandonaré a mí mismo,
ni las lecciones eternas que me he enseñado,
Ni dejaré que el valor de la inspiración divina y del ser se pierdan.

Mi burbuja cubierta de arcoíris me llevará
más allá de los límites del horizonte,
siempre para servir, amar y vivir
como un sannyasin.

Sankalpa, poema de Swami Satyananda
(traducción propia del inglés)

 

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Sw. Sivananda y Sw. Satyananda